Friday, November 18, 2011

CONFÍA EN DIOS


En estos días de turbulencia financiera y falta de trabajo, es muy fácil preocuparse. Jesús, nuestro amigo fiel, nos conoce mejor que nadie. Él conoce nuestra tendencia a impacientarnos por aquello que no podemos controlar. Por eso Él dijo (y te lo recuerdo en este día):

"No vivan preocupados pensando qué van a comer, qué van a beber o qué ropa se van a poner. ¿Acaso la vida consiste sólo en comer? ¿Acaso el cuerpo sólo sirve para que lo vistan?

Miren los pajaritos que vuelan por el aire. Ellos no siembran ni cosechan, ni guardan semillas en graneros. Sin embargo, Dios, el Padre que está en el cielo, les da todo lo que necesitan. ¿Acaso no son ustedes más importantes que ellos? ¿Creen ustedes que por preocuparse vivirán un día más?

Aprendan de las flores que están en el campo. Ellas no trabajan para hacerse sus vestidos. Sin embargo, les aseguro que ni el rey Salomón se vistió tan bien como ellas, aunque tuvo muchas riquezas.

Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿acaso no hará más por ustedes? ¡Veo que todavía no han aprendido a confiar en Dios!

Ya no se preocupen preguntando qué van a comer, qué van a beber o qué ropa se van a poner. Sólo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Ustedes no se desesperen por esas cosas. Su Padre que está en el cielo sabe que las necesitan.

Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan lo que él les pide. Todo lo demás, él se los dará a su tiempo. Así que no se preocupen por lo que pasará mañana. Ya tendrán tiempo para eso. Recuerden que ya tenemos bastante con los problemas de cada día." Mateo 6:25-34 (Traducción en Lenguaje Actual)

Así que, pon tus preocupaciones en las manos de Dios, pues él tiene cuidado de ti. 1 Pedro 5:7 (TLA)

Recuerda que Jesús les dijo a sus discípulos:
-"No se preocupen. Confíen en Dios y confíen también en mí." Juan 14:1 (TLA). Y más adelante les vuelve a decir: "Les doy la paz. Pero no una paz como la que se desea en el mundo; lo que les doy es mi propia paz. No se preocupen ni tengan miedo por lo que va a pasar pronto". Juan 14:27 (TLA)

El autor de la carta a los Filipenses nos dice: "No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos. Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo. Filipenses 4:6,7 (TLA)

"Ustedes fueron llamados a formar un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo. Dejen que la paz de Cristo gobierne sus corazones, y sean agradecidos." Colosenses 3:15 (TLA)

"Al de carácter firme
lo guardarás en perfecta paz,
porque en ti confía."

Isaías 26:3 (NVI)

A pesar de todas las cargas y tribulaciones por las que estaba viviendo, el salmista conocía la paz de Dios en medio de la tormenta: "Cuando me acuesto, me duermo en seguida, porque sólo tú, mi Dios, me das tranquilidad." Salmos 4:8 (TLA)

No dejes que las preocupaciones de esta vida ganen la batalla robándote la preciosa paz que Dios te ha regalado. Recuerda que "Dios te proveerá de todo lo que necesitas, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús." Filipenses 4:19 (NVI)

Por eso, "Vivamos bajo el cuidado del Dios altísimo; pasemos la noche bajo la protección del Dios todopoderoso. Él es nuestro refugio, el Dios que nos da fuerzas, ¡el Dios en quien confiamos!" Salmos 91:1,2 (TLA)

En este día podemos orar como el salmista: "Cuando me encuentro en problemas, tú me das nuevas fuerzas. Muestras tu gran poder y me salvas de mis enemigos." Salmos 138:7 (TLA)

"Por eso, aunque pasamos por muchas dificultades, no nos desanimamos. Tenemos preocupaciones, pero no perdemos la calma. La gente nos persigue, pero Dios no nos abandona. Nos hacen caer, pero no nos destruyen". 2 Corintios 4:8-9 (TLA)

"No dejen de confiar en Dios, porque sólo así recibirán un gran premio. Sean fuertes, y por ningún motivo dejen de confiar cuando estén sufriendo, para que así puedan hacer lo que Dios quiere y reciban lo que él les ha prometido". Hebreos 10:35-36 (TLA)