El conformismo
Romanos 12:2.
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
Generalmente nos dicen que no nos conformemos, porque si lo hacemos seremos conformistas.
Entonces como cristianos como debemos actuar, pues es curioso la respuesta según la Palabra de Dios, ya que hay dos tipos de conformismo. Y según ellos será nuestra respuesta.
I. La que agrada a Dios. Es aquella que aunque no tenemos todo lo que deseamos, estamos contentos con lo que hemos alcanzado y agradecemos todo a Dios. “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto”. 1 Timoteo 6:6-8.
II. La que desagrada a Dios. Es la actitud pasiva, que no permite un mayor desarrollo como persona.
Para empezar debemos agradecer a Dios en todo momento, ya que Dios sabe porque suceden las cosas. Entender que Dios es quien cuida a sus hijos y provee de las situaciones que mejor nos conviene, de allí que cualquier circunstancia es un motivo para agradecer a Dios.
Ese es el tipo de conformismo que Dios desea, de estar contentos de la vida, gozar del amor de Dios y lo que es más importante compartir ese Amor maravilloso.
El estar contentos con nuestro diario vivir no indica que no debamos hacer nada para mejorarlo.
Podemos empezar con Sansón, llamado a ser un gran juez de Israel y se durmió en sus fuerzas y no consiguió hacer algo realmente importante para el pueblo de Dios.
Como por ejemplo en Génesis 11:27-32 habla de Taré un hombre que tardo 205 años en morir y vivió en una tierra improductiva, a mitad de camino entre Ur y Canaán.
En el campo espiritual es del mismo modo, nuestro enemigo quiere que creamos que ya Dios hizo todo lo que tenía que hacer con nosotros y que ya es suficiente, pero eso no es así. Nuestro Padre Celestial quiere que día a día renovemos nuestro entendimiento y que comprobemos por nosotros mismos que Él quiere darnos más y más…
No seas conformista con Dios, pídele, sueña, lucha, crece, cree... Porque con Dios, el límite lo pones tu…
Romanos 12:2.
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
Generalmente nos dicen que no nos conformemos, porque si lo hacemos seremos conformistas.
Entonces como cristianos como debemos actuar, pues es curioso la respuesta según la Palabra de Dios, ya que hay dos tipos de conformismo. Y según ellos será nuestra respuesta.
I. La que agrada a Dios. Es aquella que aunque no tenemos todo lo que deseamos, estamos contentos con lo que hemos alcanzado y agradecemos todo a Dios. “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto”. 1 Timoteo 6:6-8.
II. La que desagrada a Dios. Es la actitud pasiva, que no permite un mayor desarrollo como persona.
Para empezar debemos agradecer a Dios en todo momento, ya que Dios sabe porque suceden las cosas. Entender que Dios es quien cuida a sus hijos y provee de las situaciones que mejor nos conviene, de allí que cualquier circunstancia es un motivo para agradecer a Dios.
Ese es el tipo de conformismo que Dios desea, de estar contentos de la vida, gozar del amor de Dios y lo que es más importante compartir ese Amor maravilloso.
El estar contentos con nuestro diario vivir no indica que no debamos hacer nada para mejorarlo.
Podemos empezar con Sansón, llamado a ser un gran juez de Israel y se durmió en sus fuerzas y no consiguió hacer algo realmente importante para el pueblo de Dios.
Como por ejemplo en Génesis 11:27-32 habla de Taré un hombre que tardo 205 años en morir y vivió en una tierra improductiva, a mitad de camino entre Ur y Canaán.
En el campo espiritual es del mismo modo, nuestro enemigo quiere que creamos que ya Dios hizo todo lo que tenía que hacer con nosotros y que ya es suficiente, pero eso no es así. Nuestro Padre Celestial quiere que día a día renovemos nuestro entendimiento y que comprobemos por nosotros mismos que Él quiere darnos más y más…
No seas conformista con Dios, pídele, sueña, lucha, crece, cree... Porque con Dios, el límite lo pones tu…