Rev. Jaerock Lee Apocalipsis 20:11-15 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. [12] Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. [13] Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. [14] Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. [15] Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. Este pasaje es la escena del Gran Juicio que el apóstol Juan vio y registró. Apocalipsis 20:11 dice que Juan vio el gran trono blanco y al que estaba sentado en él. Él vio a Dios que es el juez del Gran Juicio. Aquí, debido a que la luz que viene de Dios, el Juez, era tan blanca y brillante, él dijo que era un “gran trono blanco.” ¿Qué es lo primero que sienten y piensan cuando piensan en este Juicio del Gran Trono Blanco? No debería haber nadie que esté angustiado o temeroso de este juicio. Más bien Deberían estar llenos de esperanza y expectativa, pensando qué recompensas recibirán. Oro en el nombre del Señor que al hacer así, el día del Gran Juicio sea un día muy honorable y alegre para ustedes. Estimados hermanos y hermanas en Cristo, en Julio de 1982 (mil novecientos ochenta y dos) cuando estaba orando para la apertura de la iglesia Dios me mostró una escena del Gran Juicio. En ese momento, estaba el Señor y Moisés delante del trono de Dios, y los que hacían el papel de jurado estaban alineados alrededor del trono. No podemos entender el reino espiritual con los conceptos del espacio físico. Tenemos que entender sobre los espacios espirituales. El verdadero trono de Dios está situado en el cuarto cielo, y hay también otro trono en la cúspide del tercer cielo, el punto máximo de la Nueva Jerusalén. Dios normalmente permanece en el cuarto cielo, pero hay un lugar para que él se quede cuando desciende a la Nueva Jerusalén. El trono de Dios Padre en la Nueva Jerusalén resplandece con luz de gloria y está rodeado por un arco iris. El arco iris da paz y llenura del Espíritu a aquellos que lo miran. Pero el Gran Trono Blanco desde donde Dios dirigirá el juicio tiene un significado muy diferente. Incluso las almas salvas sentirán tal gran autoridad del trono que no podrán levantar sus cabezas. Aquellos que no son salvos temerán y temblarán muchísimo mirando al trono. En la última sesión, les dije que al final del Reino del Milenio, los espíritus malos que habían sido encerrados en el abismo serán puestos en libertad para tentar a los hombres de carne de esta tierra, y los hombres de carne intentarán atacar el castillo donde los hombres de espíritu estarán viviendo. En este tiempo, Dios enviará fuego desde el cielo para destruir a todos aquellos hombres de carne y los espíritus malos irán o al lago de azufre en el infierno o al abismo. Cuando el juicio para los malos espíritus se haga de esta forma, esta tierra estará tranquila y pacífica otra vez, y entonces, Dios Padre descenderá a esta tierra para conducir el Juicio Final. El Juicio del Gran Trono Blanco será dirigido por la Trinidad de Dios que descenderá a esta tierra en una cierta forma (que es personificada). Es de esta manera que las personas podrán entender que las cosas que ocurren en el juicio son muy reales y todos podrán ver y oír todo lo que pasa. Todos, los tres de la Trinidad de Dios se pondrán una forma, e incluso los espíritus y almas de aquellos que serán juzgados tendrán sus cuerpos para estar de pie ante el Tribunal de Juicio. En el versículo 13 (trece) del pasaje de hoy, dice esto acerca de ello: “Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.” Primero, el ‘mar’ espiritualmente significa esta tierra, es decir el mundo. Los cuerpos de aquellos que murieron en esta tierra son enterrados en la tierra y se volverán polvo. Y cuando venga el Gran Juicio, el mar, es decir esta tierra, entregará los cuerpos de los que murieron en esta tierra. Para su información, para aquellos que no son salvos, el sentimiento de recibir el castigo solo en el espíritu, y el sentimiento de recibir el castigo junto con el cuerpo es completamente diferente. Cuando tienen el cuerpo, los sentimientos son más reales, y el dolor experimentado es mayor, también. Después del Juicio del Gran Trono Blanco, ellos entrarán al lago de fuego o al lago de azufre, y el castigo mismo allí es mucho más doloroso que en el Hades. Y además de esto, sentirán más dolor debido a que ahora tendrán el cuerpo. Luego, ¿Qué significa cuando dice que la muerte entregará los muertos? Como dice que la paga del pecado es muerte, aquellas almas que no son salvas alcanzarán la muerte, es decir el castigo eterno, como la paga por sus pecados. Pero antes del Juicio Final, ellos habrán estado recibiendo el castigo preparatorio en el Hades. Estas personas podrán tener un corto descanso al ser puestas en libertad del castigo del Hades, pero cuando piensen sobre el castigo que recibirán después del Juicio Final, su corazón estará tan nervioso, horrorizado y aterrado. Por ultimo, ¿Qué significa que el Hades entregará los muertos? Podemos entender esto sólo cuando entendemos los conceptos del espacio espiritual, así que por favor escuchen cuidadosamente. Pero como también he escrito en el libro ‘Cielo II’, ellos son los pecadores que no pueden enfrentar a Dios, así que ellos serán juzgados en el Hades mismo. Y una cosa muy importante aquí es que, en el momento del Gran Juicio, los espacios del primer cielo, el sepulcro superior, y el Hades se abrirán, y llegarán a ser como un sólo espacio. El sepulcro superior y el Hades son ciertamente espacios espirituales, pero diferentes del segundo, tercero y cuarto cielo, ya que están superpuestos con esta tierra. De igual manera, en el Gran Juicio, los espacios del Hades se abrirán, así los seres en el Hades parecerán como si ellos estuvieran de pie en el Tribunal de Juicio. Ellos estarán en el Hades, pero debido a que los espacios están abiertos, pueden ver físicamente la escena del Gran Juicio, y también serán juzgados como si estuvieran de pie en el Tribunal mismo Las almas que no son salvas estarán ubicadas al lado izquierdo del trono de Dios mientras que los que son salvos estarán ubicados al lado derecho del trono de Dios. Esta ubicación fue citada por Jesús en Mateo 25:31-46, cuando él habló sobre el Gran Juicio en una parábola. Él comparó a los justos que son salvos con ovejas y a los que no son salvos con cabritos. Él dijo en el versículo 33 (treinta y tres) que las ovejas estarán a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Queridos hermanos y hermanas en Cristo, Dios Padre puede juzgar sin ningún error incluso si Él lo hace sólo, pero cuando dirija el juicio, dará autoridad a Jesús y al Espíritu Santo también. En la Biblia, podemos encontrar algunos versículos en los cuales podemos ver que el Señor y el Espíritu Santo también tienen la autoridad de juzgar. Por ejemplo, Juan 5:27 dice: “y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.” Acerca del Espíritu Santo, Juan 16:8 dice: “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.” Igualmente, Jesús el Hijo y el Espíritu Santo también participarán en el juicio con Dios Padre. Jesús el Hijo y el Espíritu Santo garantizarán que el juicio de Dios Padre es verdaderamente justo. Ello es porque Jesús vino a esta tierra en cuerpo humano y experimentó todo lo que los hombres pueden pasar, y el Espíritu Santo también conoce muy bien el corazón de los hombres. Por ejemplo, cuando Dios Padre juzgue a una persona en cuanto a cual lugar de morada entrará y cuán grandes recompensas tendrá, será según las normas de los nueve aspectos del fruto del Espíritu Santo y las Bienaventuranzas. Entonces el Señor y el Espíritu Santo le hablarán una vez más sobre su experiencia de la vida en esta tierra al pasar por la cultivación humana. En la segunda sesión de esta serie de sermones les dije que hay una jerarquía en el reino celestial. En esta jerarquía el primero, segundo, tercero y el cuarto en la jerarquía, es decir, Elías, Enoc, Abraham y Moisés ayudarán a la Trinidad de Dios con el Gran Juicio. Ellos no serán juzgados antes de los otros, sino que ellos están exentos del juicio. Para Elías y Enoc, el hecho de que ellos hayan sido llevados vivos, ello mismo prueba que eran puros. Abraham fue el Padre de la fe, y Moisés tuvo la más grande humildad y mansedumbre sobre la faz de la tierra, e incluso conversó con Dios como un amigo mientras estuvo en esta tierra. Alguno puede pensar que Moisés también murió, pero en Judas 1:9, vemos que el arcángel Miguel contendió con el diablo y disputó por el cuerpo de Moisés. De esto podemos ver que el cuerpo de Moisés también fue llevado al reino celestial de una manera diferente. Igualmente, Elías, Enoc, Abraham y Moisés son reconocidos por su santidad y perfección. De modo que ellos recibieron toda la gloria antes del Gran Juicio y tendrán cuerpos celestiales perfectos. Ellos recibieron toda la Gloria y sus recompenses antes del Gran Juicio, y tendrán cuerpos celestiales perfectos. Sin embargo, no habrán entrado a su lugar de morada personal antes del juicio. Ellos permanecerán alrededor del Trono de Dios. Abraham ayudará (en el testimonio) desde el punto de vista de fe y Moisés ayudará desde el punto de vista de la ley. Ellos testificarán el grado que la persona que es juzgada ha obedecido a la palabra de Dios y ha dado fruto. Al lado derecho del trono de Dios estarán las almas salvas y al lado izquierdo del trono de Dios estarán aquellos que no son salvos. Las almas que no son salvas no vendrán ante el trono de Dios, sino que ellos permanecerán en el Hades. Aún las cosas que hicieron en secreto y una palabra que hablaron sin ningún significado serán juzgadas, y recibirán la recompensa o el castigo. Por eso los creyentes no deberíamos hacer nada que ocasione algún castigo, sino sólo hacer las cosas que serán premiadas por Dios. Hebreos 11:6 dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Oro en el nombre del Señor que todos ustedes, los miembros, agraden a Dios con actos de fe durante su vida en esta tierra y reciban muchas recompensas en el Día del Juicio Final. Queridos hermanos y hermanas en Cristo, ahora, ¿Quiénes serán los que harán el papel de jurado en el Gran Juicio, y cómo se llevará a cabo el juicio? Primero, el jurado en el Juicio del Gran Trono Blanco, serán los 24(veinticuatro) ancianos que están mencionados en el libro de Apocalipsis. Los 24 ancianos serán juzgados primero antes de ayudar en el Gran Juicio como jurados. Cuando la Trinidad de Dios, el juez, comience el Gran Juicio junto con los cuatro profetas, el Apóstol Pablo, que es el más alto entre los 24 ancianos, tomará su Posición de Juicio. El Apóstol Pablo fue el más grande entre los apóstoles; él se comunicó con Dios muy profundamente, y realizó muchas señales y maravillas. En su posición de juicio, testificará como amó al Señor y como fue guiado por Dios, incluso bajo tantas pruebas. Entonces, la Trinidad de Dios y los cuatro profetas reconocerán que todos sus testimonios son verdad, y recibirá gloria, autoridad y recompensas. En el reino celestial, las mujeres tendrán una jerarquía separada de los hombres, y habrá algunas entre las mujeres que recibirán el juicio de recompensa antes que el Gran Juicio tenga lugar. Ellas son María Magdalena y la Virgen María, que son la primera y la segunda en la jerarquía de las mujeres. Cuando María Magdalena y la Virgen Maria tomen su posición en el juicio, la perfección y veracidad de su bondad y su amor para el Señor será revelada. Cuando ellas testifiquen lo que han hecho, aquello llegará a ser un deleite para Dios Padre, que ha conducido el cultivo del ser humano. Por lo tanto viniendo de su humanidad, él dará recompensas adicionales como una paga extra. La razón por la que ellos podrán recibir sus recompensas completas incluso antes del Gran Juicio es por lo siguiente: El apóstol Pablo es el 5to (quinto) en la jerarquía celestial. Él es el primero entre las personas del Nuevo Testamento, y María Magdalena y la Virgen María han logrado la perfección para ser la primera y la segunda respectivamente en la jerarquía de las mujeres. En la tierra, los jurados pueden decidir si el delincuente es culpable o no, pero los 24 ancianos en el Juicio del Gran Trono Blanco garantizarán el juicio de Dios, el Juez. Por ejemplo, si una persona que amó fervientemente a Dios y fue ardientemente fiel desde lo profundo de su corazón estuviera en pie en el juicio. Entonces, él sería comparado con un anciano, como el apóstol Pablo, que fue fiel al Señor con toda su vida, y según el resultado de esa medida, se le dará las recompensas a esta persona. Al contrario sin embargo, permítanme decirles que otra persona está en pie en el juicio. Él creyó en Dios, pero no pudo superar las persecuciones y negó al Señor o se postró ante un ídolo. Pero debido a que entre los 24 ancianos, Pedro que fue crucificado al revés, o debido a Daniel, que guardó su fe en las persecuciones sufridas, él no podrá excusarse. También, aún cuando él dé las excusas desde su punto de vista, cuando los 24 ancianos testifiquen como guardaron su fe incluso en persecuciones feroces, la inutilidad de su excusa se revelará pronto. Por lo tanto, Dios elegirá personas que hayan logrado un corazón muy precioso en cada aspecto como la fe, la esperanza, el amor, la fidelidad, la bondad, la veracidad y la integridad, y los establecerá como los 24 ancianos. En estos últimos días habrá muchas personas que aman a Dios apasionadamente y que trabajarán fielmente con toda su vida para el reino de Dios. Por consiguiente, espero que entre ustedes que están oyendo este mensaje haya personas que puedan conseguir una posición entre los 24 ancianos, al lograr un corazón espiritual parecido a una joya. Queridos hermanos y hermanas en Cristo, Dios Padre, el Juez, no conducirá el juicio solo, sino Dios el Hijo y el Espíritu Santo también serán jueces. Así que, para tener la constitución perfecta en el Gran Juicio, el juicio tendrá 24 ancianos como jurado y los cuatro profetas que son el mejor fruto del cultivo del ser humano, que ayudarán en el juicio. Es de esta manera que la composición de las partes se completa, el juicio propiamente dicho empezará. Primero, aquellos que no son salvos serán juzgados. Ellos no irán ante el Trono de Dios ni verán a Dios cara a cara. Así que el juicio para aquellos que no son salvos será muy espantoso y severo. Les dije que Dios juzgará a los que no son salvos, y comenzará con aquellos que tienen pecados más pesados y más graves y continuará con los que tienen pecados ligeros y menos serios. Pero no es que cada uno será lanzado al infierno después de ser sentenciado. Todos juntos serán lanzados al lago de fuego o al lago de azufre y recibirán el castigo eterno sólo después que el juicio para todos los que no son salvos haya terminado. Sobre esto, Apocalipsis 21:8 dice: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” El lago de azufre es siete veces más caliente que el lago de fuego. Esto no es para los pecadores ordinarios sino para aquellos que cometieron pecados muy serios. Por ejemplo, son aquellos cuya conciencia ha sido cauterizada como con hierro caliente, y los que se opusieron al reino de Dios al blasfemar contra el Espíritu Santo. Hermanos y hermanas en Cristo, después que aquellos que no son salvos sean juzgados y sean lanzados al lago de fuego o al lago de azufre, el juicio para los que son salvos por la fe comenzará. El juicio para los que son salvos no es juicio para castigo, sino un juicio para recompensas y para los lugares de morada en el cielo, así que lo llamaremos ‘juicio de recompensa’ La promesa del Señor en Apocalipsis 22:12 que dice: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.” Se cumplirá en este juicio. Por lo tanto, aquellos que recibirán el juicio de recompensa pueden ir ante el trono de Dios, y el juicio se llevará a cabo en un escenario amistoso y pacífico. Hermanos y hermanas en Cristo, cuando el Juicio del Gran Trono Blanco se lleve a cabo, la ley de Moisés, la fe de Abraham, y los testimonios de los jurados llegan a ser la regla de juicio, pero hay también otros materiales y evidencias que llegan a ser la razón de juicio. Sobre esto Apocalipsis 20:12 dice: “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.” El libro de la vida en este pasaje es el libro que registra los nombres de aquellos que son sellados como hijos de Dios al haber recibido la salvación del Espíritu. Por consiguiente, como dice en Apocalipsis 20:15, Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. Y también dice que cada uno es juzgado según lo que ha hecho, como está escrito en los libros. Lo que cada uno de los que no son salvos hizo en esta tierra será registrado en los libros y el contenido del libro será la evidencia decisiva para el juicio. Mateo 12:36 dice: “Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.” Si calumnian, maldicen y hablan a espaldas de alguien; si golpean, o se ponen furiosos, o luchan con alguien; si cometen homicidio, adulterio o robo; incluso si solo escupen en la tierra, todo será registrado en los libros. No sólo sus pecados sino también sus buenas obras serán todas registradas. Por eso Jesús dijo en Mateo 6:4 “Para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” Romanos 2:16 dice que el día es: “el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.” Pero los que han aceptado a Jesucristo y son salvos no tienen nada de que preocuparse. Los pecados de alguien que cree en el Señor son perdonados por la sangre del Señor al momento de aceptar al Señor, así que ese contenido en el libro será borrado. Es tal como dice el Salmo 103:12 “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.” Si cometen pecados después de aceptar al Señor, tienen que apartarse de corazón y actuar en la luz. Entonces Dios perdonará sus pecados. Es así como 1 Juan 1:7 dice: “Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.” Cuando cometen pecados que no pueden ser perdonados, su nombre podría ser borrado del libro de la vida. Es el caso cuando cometen pecados que llevan a la muerte, y el Espíritu Santo en ustedes se extingue. Entre ellos están los pecados de blasfemar, oposición y hablar en contra del Espíritu Santo. Los que cometen esos pecados serán lanzados al lago de azufre en el infierno. Pero supongamos que esas personas argumenten que no blasfemaron, ni estuvieron en pie o hablaron contra el Espíritu Santo. Él abrirá un espacio en el tercer cielo. Hay un mar de vidrio, el cual es como cristal, delante del trono de Dios ubicado en el tercer cielo, es decir el reino celestial. Sobre ese mar, Dios mostrará a la persona blasfemando, oponiéndose y hablando contra el Espíritu Santo. En la primera parte de Apocalipsis 4:6 dice “Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal.” Sí, hay un mar de vidrio, semejante al cristal delante del trono de Dios. De la misma forma, el mar de vidrio supone el significado de ver todo a través de él. Cuando una vida es reflectada en este mar, todo el corazón, los pensamientos, la mente, el lenguaje, las acciones… es decir, todo será revelado. En el momento del Juicio del Gran Trono Blanco, Dios mostrará las cosas del pasado en este mar de vidrio si es necesario. Todas las cosas que la gente hizo en esta tierra serán mostradas como si sucedieran en ese instante, para dar la evidencia del juicio para cada uno. Por lo tanto, nadie puede negar lo que ha hecho dando un testimonio falso. Y no solo es la voz y la escena; incluso sus pensamientos y la mente serán grabadas cuando habla una palabra o hace algo. Hermanos y hermanas en Cristo, el aroma de la oración que ustedes ofrecieron también pueden ser motivos para su juicio. Hay incensarios de oro en el cielo para contener todos los aromas de su oración ofrecida desde esta tierra. Y según la cantidad de sus oraciones para el reino y la justicia de Dios, sus recompensas serán diferentes en medida. Por ejemplo, una diaconisa mayor, que había estado orando día y noche desde el principio de la iglesia falleció el año pasado. Ella no logró la santificación y así ella fue al segundo reino del cielo, pero Dios nos permitió saber que ella tiene la mayor cantidad de recompensa entre todos los que están en el segundo reino del cielo. En este caso, en el Gran Juicio, Dios mostrará el aroma de sus oraciones que llenan el incensario de oro hasta el borde, para mostrar cuan justo y hermoso es su juicio. No solo es sobre sus oraciones. Dios Padre recuerda toda su devoción y obra, y él les devolverá según lo que han hecho. Queridos hermanos y hermanas, les he explicado sobre el Gran Juicio: Como dice en Mateo 10:42 “Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.” Dios es Dios de amor que quiere darnos más recompensas a nosotros. El lugar de morada y las recompenses que se deciden en el Juicio del Gran Trono Blanco no cambiarán para siempre. Una vez que entren al reino de los cielos, no hay más oportunidad para ganar más recompensas. Por lo tanto, espero que sean creyentes sabios que no gasten el tiempo dado sobre esta tierra sino que acumulen más recompensas en el cielo y avancen a mejores lugares de moradas celestiales. Oro en el nombre del Señor que ustedes entren en la Nueva Jerusalén y disfruten de la mayor felicidad siempre. [AMEN]