Friday, February 21, 2014

DIOS TE HA DADO EL PODER PARA OCUPAR TU LUGAR


En Lucas 4:18-19 dice “El Espíritu del Señor está sobre
mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas
a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados
de corazón. A pregonar libertad a los cautivos, y vista a
los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar
el año agradable del Señor”.


Ahora leamos Juan 14:10 “¿No crees que yo soy en el Padre,
y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las
hablo por mi propia cuenta sino que el Padre que mora
en mí, él hace las obras”. Vayamos al versículos 12 “De
cierto, de cierto os digo: El que en mí cree las obras que
yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque
yo voy al Padre”.

Ahora bien, ¿Qué hizo él cuándo fue al Padre? Dijo iré al
Padre y les enviaré al consolador, les enviaré al Espíritu
Santo. El mismo Espíritu, ahora junten todo porque todo
está en la biblia; dijo el Espíritu del Señor está sobre mí
y me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres,
bien ¿Qué paso? Cuando creyeron lo que predicó
ocurrieron milagros. Ven, él no sanaba a la gente porque
era el hijo de Dios, jamás sanó a alguien por ser el hijo
de Dios, él nunca ministro como el hijo de Dios,
él ministro como hombre ungido por el Espíritu de
Dios. Porque él no podía y no haría nada mientras
servía y ministraba aquí en la tierra, que otro no
pudiera hacer por medio de la fe y la obediencia a
Dios, caminando en el mismo espíritu y unción en su
nombre.

Escucha lo que dijo: “el Padre que mora en mí, él hace
las obras, y la obras que hago el que cree en mí las
hará también”. Por lo tanto, ¿acaso no es lógico y
justo que hagamos las mismas obras que él?
Tenemos el mismo padre que mora en nosotros,
él que hace las obras. Amen.

Y mayores obras que estas, tienes que entender
que en su ministerio terrenal, él se limitó a ser un
profeta que honró bajo el pacto abrahamico, tú y
yo tenemos un mejor pacto y mejores promesas.

Leamos Isaías 10:27 “Acontecerá en aquel tiempo
que su carga (la carga del diablo) será quitada de
tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se
pudrirá a causa de la unción”. Ahora corrígete,
nunca lo sigas diciendo; que la unción rompe el
yugo; no es eso lo que dice, no dice que lo rompe,
dice que lo destruye, y la palabra hebrea traducida
como destruir, literalmente es corromper, corroer.

Piénsalo si tomas lo primero que viene a tu mente
cuando tú piensas en un yugo (y hay otros pasajes
que se refieren al yugo de hierro, se refiere a lo
mismo, el yugo del diablo), ¿Qué pasaría si rompieras
un yugo de hierro? Lo sueldas y se lo pones de nuevo,
pero ¿Qué pasaría si este se oxidará? Se haría polvo,
solo un montón de polvo oxidado en el suelo, así el
diablo no lo puede usar, así él no se lo puede poner
a nadie. Eso es lo que hace la unción al yugo, se lo
come todito, lo corroe por completo, lo hace pedacitos,
y esa pudrición, esa corrosión lo acaba todo.

Eso lo tenemos que celebrar, ¡gloria a Dios! Amen, lo
sentí cuando dije “todo”. Hay personas aquí que
están recibiendo esto,  saben que algo pasa, algo
se destruyó y te libero ¡tú libertad ya llego! Lo
que sea que te ató por tanto tiempo, gloria a
Dios, eres una mujer libre, un hombre libre.

Leamos 1 Juan 2:20 “Pero vosotros tenéis la unción
del Santo, y conocéis todas las cosas” (la palabra
unción se refiere a estar investido de poder),
ahora verso 27 “Pero la unción que vosotros
recibisteis de él permanece en vosotros”. Otra
versión dice “la unción que han recibido esta
viva y habita en ti, vive en ti”. Esa unción reside
en todo creyente nacido de nuevo, es la unción
de Dios, esa es la unción de vida, es la unción
que tiene todo creyente y es la unción para
vivir una vida muy abundante. Y más abundante
es ser guiado por el Espíritu del Dios, estar vivo
y ungido con su gracia para hacer lo que el mundo
no puede ni imaginar, ¡Amen! ¡Aleluya!.

Y nosotros los creyentes, no hablo de predicadores,
me refiero a todo aquel que ha recibido a Cristo como
salvador, ahora hay algo que tienes que entender;
no hay tal cosa con un ser humano sin un llamado
de Dios, ningún ser humano existe por casualidad.
La biblia dice que cada miembro del cuerpo de Cristo,
cada miembro, tiene asignado un lugar específico
según a Dios le place y quiere. ¿Qué le causa placer
a Dios? Dios se goza en la prosperidad de su familia,
dar su gracia le place a él, dar su gracia es su inmenso
deseo de dártela, prosperarte y tratarte como si
jamás hubieras pecado, como si no existiera, en su
mente no está, Jesús llevo a esos pecado. Pero dices:
¿Qué pasa cuando peco? ¿Y eso qué? (dices; Pues
yo creo) Te diré algo, deja la autocompasión,
el quejarte y el lloriquear ¡eso se acabó! Ya no
tienes por qué quejarte ni lamentarte, (y dices;
si pero no escuchas, yo no soy lo que debería ser),
si ya veo deberías estar gozoso, (Si pero no tengo
nada de gozo), ¿sabes por qué? Porque ya lo estás
declarando. No recibes gozo y luego dices gozo, lo
declaras y luego lo tienes, pues el gozo del Señor ya
está en tu espíritu, nació el día en el que aceptaste a
Cristo, gozo, amor, fe, paz. Esa unción de vida está allí,
esa unción y su gracia están allí.

Ahora ese llamado, ese lugar, como miembro, hombre o
mujer tienen su lugar. Dices ¿y si no me gusta? Si tuviera
que elegir quién es más listo tú o Dios, creo que es algo
bastante obvio ¿verdad?.

Un día lo acepte, claro Dios sabe más que yo, será mejor
que yo haga lo que él dice y no lo que yo pienso, pues lo
que pienso no ha hecho más que meterme en problemas.
Él te creo un ser único y específico y tú tienes ciertos
deseos únicos y específicos, y tienes un llamado único
y especial, tu lugar es así, y cuando estas en ese lugar,
ese lugar es donde está su gracia, es el lugar donde
está tu gozo. Puede parecer un lugar con el que no
quieres tener nada que ver, pero si supieras que
fuiste hecho para él y que ese lugar fue hecho para
ti ¡gloria a Dios! Ahí es donde está tu protección, tu
dirección, ahí está tu perfección, ahí está todo.
Ahora cuando no estás en ese lugar, vivir es un
gran problema. Ahora todos somos probados,
el diablo nos ataca a todos, pero si no estás en
ese lugar no tendrás la gracia para vencer en la
dimensión y la manera en que lo logras cuando
estás en tu lugar.

Pero dices; es que no sé cuál es mi llamado, ¡No
te quejes más y pregunta! Señor házmelo saber,
luego recibes la respuesta por fe, ¿Cómo lo haces?
Es muy simple, Señor estoy a tus ordenes, listo para
oír, para hacer, lo que sea, donde, cuando y como
sea, soy tuyo y estoy a tus órdenes. Y cuando
llegas a ese punto, él no solo te revela el que,
cuando, donde, como, sino que él te apoyará.
Siempre, durante toda tu vida. Dios siempre te
impulsa, te dirige, te guía a ese lugar, no lo ha
escondido de ti, es más, querido hermano, si Dios
escondiera algo nadie lo encontraría.

Es el diablo que esconde las cosas, Dios nos ha dado
la sabiduría, no nos la ha escondido, insisto, Dios
ha apartado su sabiduría para nosotros, no de
nosotros. Pues esa unción esta en ti para revelarte
estás cosas; esa es la función del Espíritu Santo,
él tiene la misión de llevarla a cabo y esa unción
vive en ti para tomar decisiones, consultar al Señor
y poner su palabra por obra, protegiendo, perfeccionando
y corrigiendo; sin corrección no vendrá la perfección, y
así no habrá protección. ¿Por qué? Por falta de dirección.
Todo está allí para ti.