Monday, March 28, 2016

La Palabra Sigue Actuando en Ustedes: los que Creen

Lo que llena tu vacío interior, y te da satisfacción en la vida es la palabra de Dios. Todos los seres humanos necesitamos recibir la vida que hay en la palabra de Dios y hoy es tu día de llenarte y alimentarte para enfrentar los desafíos que tienes por delante.


1 Tesalonicenses 2:13 dice: “nunca dejamos de darle gracias a Dios de que cuando recibieron su mensaje de parte nuestra, ustedes no consideraron nuestras palabras como solo ideas humanas. Tomaron lo que dijimos como la misma palabra de Dios, la cual, por supuesto, lo es. Y esta palabra sigue actuando en ustedes los que creen”.

Sea quién sea que seas, o sea cual fuere la tarea a la que te dediques, todos, sin excepción, necesitamos vivificar nuestra vida espiritual con la palabra de Dios, necesitamos escuchar la voz de nuestro Padre celestial. La palabra de Dios está viva, y una vez que ingresa a nuestros corazones, no se queda quieta, ni se estanca, sino que se mueve para echar raíces, porque esa vida nunca dejará de ser. Las palabras de Dios están y continuarán actuando en todo momento, son como una semilla en el tierra, como un nuevo brote, una espiga que no deja de crecer y dar fruto. Cada nueva revelación nos va completando, nos limpia, nos enseña, es el pan que da vida al mundo, la luz que nos quita la oscuridad interior. Es como el sol de cada mañana, que llega para alumbrar y alimentar todo. Busca siempre tu alimento de la palabra de Dios para no quedar débil y vacío .

Cuando Tus Fuerzas Se Agotan, el Poder de Dios Te Sorprende



Si te has frustrado una y otra vez, y tus fuerzas están agotadas, es porque llega un tiempo a tu vida que todo lo que no pudiste lograr en tu capacidad, lo podrás realizar porque Dios te da su favor sobrenatural.

En Lucas 5:4-5 dice: “Lleva la barca hacia aguas más profundas, y echen allí las redes para pescar. —Maestro, hemos estado trabajando duro toda la noche y no hemos pescado nada —le contestó Simón—. Pero como tú me lo mandas, echaré las redes.”

Pedro y sus compañeros de barca habían estado intentando pescar sin éxito durante toda la noche, luego de esto Jesús llega y le pide a Pedro entrar a su barca para predicar a las multitudes que lo seguían. No pareció hacer mucho efecto en Pedro la prédica de Jesús, ya que estaba exhausto y desanimado. Luego Jesús le pide que tire de nuevo las redes para pescar, y algo incrédulo, Pedro dice que lo hará por obediencia a su orden, esto dió como resultado una pesca tan grande que éste se atemorizó y debió pedir ayuda para sostener la cosecha. Ésta fue una de las lecciones más grandes aprendidas por Pedro: “que separados de Jesús, nada podemos hacer”. Nuestras fuerzas se agotan, tus intentos han fallado en obtener resultados, pero el Señor te muestra hoy que eches la red en su palabra, que su poder lo supera todo y debes obrar en fe. Jesús te envía a no bajar los brazos, porque una gran cosecha te espera.



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Jesús Quitó lo que Impedía el Contacto con Dios



Ya nada puede impedir que nos conectemos con Dios. Hoy puedes recibir su amor, y sentir su presencia. Jesús se encargó de ser nuestra pascua, lo que significa que quitó la barrera que nos separaba del creador.


La Biblia nos dice en Mateo 20:28 que Jesús no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos. Dios, en la antigüedad necesitó liberar a su pueblo de la esclavitud, y protegió a su pueblo de la muerte con la sangre de un cordero, con la que debían pintar la entrada de su casa. Esto resultó en que el opresor Faraón de Egipto, liberara a los judíos para siempre. Cristo vino a morir en la cruz, porque el pecado y la maldad que habitan en el corazón del hombre, nos separan de Dios. Todos necesitamos conectarnos con Dios para sentir su amorosa presencia, y Jesús en la cruz, fue quien nos abrió el camino por el derramamiento de su sangre, que al igual que la pascua judía, que cada año recuerda aquella liberación por la sangre de un cordero, hoy nosotros, la recordamos por el sacrificio de Jesús, que por su inocente sangre derramada, es actualmente nuestro cordero, que fue sacrificado para nuestra eterna salvación. Si hoy decides ser rociado por esa sangre preciosa, el poder de la maldición, el pecado y la desesperanza, desaparecerán de tu vida para siempre.

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