Muertos vivientes, calabazas, niños a la caza de golosinas, una extraordinaria campaña comercial, espiritismo y magia. ¿Qué se esconde tras la fiesta de origen celta que invade nuestras ciudades?
-- El origen de la fiesta de Halloween se remonta a la historia de los pueblos celtas. Entre sus filas se encontraban los druidas, sacerdotes paganos que adoraban a los árboles, creían en la inmortalidad del alma y predicaban el tránsito de los espíritus de un cuerpo a otro. El día 31 de octubre, el espectro volvía a su antiguo dueño a reclamar comida. El primer morador debía estar preparado para satisfacerle.
-- Halloween proviene de “All hallow’s eve”. Textualmente, “víspera de todos los santos”. Los inmigrantes irlandeses que desembarcaron en los Estados Unidos difundieron en el país esta festividad, algo paganizada, que arraigó fuertemente como la fiesta de las brujas, las ánimas y los fantasmas. Hollywood hizo el resto.
-- Las películas y las series de televisión se ocuparon de popularizar esta celebración y llevarla a los países occidentales, donde ha sido recibida con los brazos abiertos por comerciantes y empresarios, que han aprovechado su influjo para lanzar grandes campañas de venta de productos, organización de eventos… Un despliegue comercial que no cesa. Se calcula que los norteamericanos gastan estos días en esta fiesta unos 2.500 millones de dólares.
-- Así, es fácil ver las fiestas de disfraces con predominio de las túnicas de color negro y naranja, las calabazas huecas con rostros del terror y velas iluminando desde su interior, o a los niños acudiendo de casa en casa para repetir el famoso “trick or treat” (truco o trato, dulce o susto) y gastar una broma a quien no aporte un aguinaldo o golosinas.
-- Pero el simbolismo de Halloween ha favorecido el auge de otras celebraciones. El 31 de octubre es el día en el que comienza el año de Satán y algunas sectas lo preparan con sacrificios de animales y un especial culto al diablo.
-- Anton Szandor LaVey es el fundador de la Iglesia de Satán y en los años 80 se autoproclamó el ‘Papa oscuro’ o ‘Papa negro’. Escribió la llamada ‘Biblia Satánica’ en la que fijó tres días claves para los satanistas: el día del cumpleaños de Lucifer, el 30 de abril y, el más importante, el 31 de octubre. Esa noche, explicaba LaVey, los poderes satánicos se encuentran en su punto más álgido. En Irlanda, Estados Unidos y México, la noche del 31 de octubre se suceden las misas negras, los cultos espiritistas y encuentros siniestros relacionados con la magia y la brujería.
-- Algunos expertos sostienen que el creciente auge de esta fiesta en el mundo occidental refleja una realidad social: el ser humano necesita creer, situar su esperanza en algo, poner en ello su corazón, y, de un modo u otro, manifestarlo. El hombre es, por naturaleza, ‘homo religiosus’. El ser humano, de una forma u otra, necesita de la religión. Sin ella, quedan sin respuestas las preguntas más valiosas de su vida: su destino final, y, dependiendo de la contestación que a esto se dé, el sentido de la vida.
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