Thursday, May 5, 2011

El don de la profecía

El don de la profecía es uno de los dones mas maravillosos que posee el cuerpo de Cristo.
¿Que es el don de la profecía?
Es un don sobrenatural que Dios da a la iglesia para recibir divinamente un mensaje del mismo corazón de Dios, para las cosas distantes o futuras.
En 1° Corintios 12:10, Pablo habla acerca de este don.
Es un don que dios a elegido para bendecir a su pueblo. La palabra profética puede ser personal, grupal o algo más masivo como a una congregación.



¿Cuál es el propósito de la profecía?
Edificar, exhortar y consolar.
Edificar: es construir buenos cimientos en la vida de una persona o congregación, infundir buenas actitudes, es formar a la persona o a la iglesia a la medida, estatura y plenitud de Cristo.
Dentro de la profecía encontramos palabra de dirección, en lo personal muchas veces e recibido esta clase de palabra, en Hch 9:10-18 vemos a un discípulo llamado Ananias, que recibe una visión de parte de Dios con instrucciones especificas, para que pusiera sus manos sobre Saulo y orara para que este recobrara la vista. Recordemos hermanos que en ese momento Saulo no era Pablo, el que después comenzaba sus cartas diciendo gracia y paz sea a vosotros, sino todo lo contrario, era un hombre que perseguía y encerraba a los miembros de la iglesia en la cárcel, Hechos 8:3, fue el mismo que estubo de acuerdo con la muerte de Esteban el primer mártir de Hch 8:1.
Vemos también en el antiguo testamento en 1° de Samuel 15:3 como Samuel da instrucciones especificas al rey Saúl, diciéndole: Destruye Amalec y todo lo que él tiene hombre, mujer, niño, vacas, ovejas, etc.
Luego vemos él versículo 9, como Saúl desobedece la palabra dada de parte de Dios sobre el profeta Samuel. Notamos claramente que por medio de la profecía Dios da dirección, instrucción, y dos claros ejemplos de obedecer o no a lo que Dios les estaba mandando a hacer.
La palabra profética dada en estos casos es para accionar, inmediata.
También puede ser una palabra de comisión, para comisionar a una persona al ministerio. Cuántos de nosotros recibimos alguna vez una palabra sobre lo que Dios va a hacer en nuestro ministerio, en nuestras familias, tal vez en negocios que debemos emprender.
Es verdad que la profecía suena a veces algo misterioso, no debemos tener temor a una palabra profética, ni tampoco tomarla a la ligera.
1° Tesalonicenses 5:19-21 "... No apaguéis al espíritu, no menospreciéis las profecías, exadminadlo todo y retened lo bueno"
Exhorta: Es corregir cuando nos estamos desviando del plan de Dios, para nuestras vidas. Siempre la palabra tiene que ser dada con amor y nunca si es personal delante de otras personas, no se trata de humillar a la persona ni mucho menos herirla, es únicamente con el fin de traer corrección, luz a la persona para que su vida crezca y sea de bendición para otros.
Consolar: 2° Corintios 1:3, Bendito sea el Dios y el Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios de toda consolación.
Dios usa la profecía para aliviar nuestras almas de la aflicción para traer refrigerio a nuestros huesos, para levantarnos, sostenernos, y así poder soportar con paciencia las dificultades que debemos como hijos de Dios afrontar.
Cuando recibimos una palabra profética tenemos que tener en cuenta varios puntos.

¿La persona de la cual recibí la palabra profética es de buen testimonio?

¿Hay frutos en su vida? ¿Vive lo que predica?

Debemos examinar la profecía e ir a la fuente que es la palabra de Dios.

Tenemos que orar por la palabra dada.

Es una confirmación a nuestro espíritu.

Saber que la palabra que recibimos puede pasar mucho tiempo antes que se cumpla.

No dejar que el diablo quiera arrancar la palabra profética de nuestros corazones.

Saber que toda palabra profética esta condicionada.

Tenemos una idea equivocada de la palabra profética y decimos: Dios me hablo que me va a levantar como pastor y me va a dar una iglesia grande con muchos miembros. Y me siento pasivo a esperar que la palabra se cumpla. Pasaron 10 años y esa palabra no se cumplió, le hechamos la culpa a Dios, pensamos: ¿Acaso Dios se equivoco? No Dios nunca se equivoca. En vez de hecharle la culpa a Dios, yo me pregunto: ¿qué hicimos nosotros todos esto años para que esa palabra se cumpla?



¿Tuvimos vida de adoración? ¿Nos rendimos totalmente a el? ¿Estudiamos la Biblia, la palabra de Dios cada día de nuestras vidas? ¿Vivimos bajo obediencia y sujeción de nuestros pastores y lideres? ¿Accionamos por fe la palabra dada?
Hermano Dios nos da la palabra profética, nos capacita, nos provee las herramientas, nos da el poder de su Espíritu Santo, nos promete sostenernos en los momentos difíciles, y nos asegura el éxito, el resto todo depende e nosotros.
Por eso hermanos abracemos la palabra profética, llevemos una vida de obediencia, santidad, fe y oración.
Entonces Dios cumplirá su propósito en ti y en mi.

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