Sunday, February 12, 2012


Educando a tus Hijos sabiamente - Parte 2 

Es muy importante que los padres conozcan a Dios y mantengan una comunión íntima con Él. Su cristianismo debe ser práctico si quieren afectar a sus hijospara esta vida y para la eternidad.

Educando a tus Hijos sabiamente - Parte 2
Ayudándolos espiritualmente
Los padres deben ser cristianos genuinos. De otra forma, debo decirlo, sus esfuerzos por criar bien a sus hijos serán muy limitados, si no vanos.

No es posible obligar a los hijos a que sean cristianos. En los asuntos espirituales es necesario tratar con su hijo con seriedad y razón, con calma, de igual manera que lo hace con otros asuntos. Tenga confianza en la Palabra de Dios. Lea la Biblia diariamente en su presencia. Tome tiempo para orar con cada hijo individualmente y también en el Altar Familiar (culto familiar cotidiano).

Los padres cristianos deben ejercer toda la diplomacia y la sabiduría que Dios puede darles para animar a los hijos a acercarse a esta decisión importante. Permita que la convicción del pecado tenga su efecto completo. No hay que perder esta oportunidad. ¡Gánese a sus hijos para Cristo! (Dt 11:19-20)

No espere hasta que su hijo esté envuelto en un accidente y lo lleven al hospital. No espere hasta que por un crimen lo lleven a la cárcel. Acuérdese del lamento amargo que David hizo por Absalón. Es un lamento largo que le consumirá el corazón (2 S 18:33).
El secreto es comenzar temprano
Los niños en su tierna edad, pueden tener una experiencia espiritual. Los padres deben tratar de que su hijo acepte a Cristo, haga una confesión pública, se bautice en agua, participe de la Cena del Señor con regularidad, y se haga miembro de la iglesia. Esto debe ser nuestro blanco y no se debe postergar hasta que sea un joven. Esto debe ser la meta de todo padre tan pronto que el hijo llegue a la edad de responsabilidad.

Lucas, un médico que conocía de ataques y posesión satánica nos cuenta en su evangelio de un padre desesperado que no podía seguir su trabajo viendo la manera en que el pecado estaba destrozando a su hijo. Él dijo al Hijo de Dios: “Maestro, te ruego que veas a mi hijo, pues es el único que tengo” (Lc 9:37-43). Este hombre pudo llevar a su hijo a casa en su juicio cabal, y no sin aprender la lección de ayunar, orar y creer por la libertad de su retoño.
Recuerde que si se pierden los fundamentos, no hay nada que hacer. ¡Dios los asista en su labor de padres!


Mas Info: http://mujer.noticiascristianas.me/educando-a-tus-hijos-sabiamente-parte-2#ixzz1mBqaXvLX

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